Experimentar el multicine copyleft
Si actualmente España está a la cabeza de países que mas obras registran bajo licencias Creative Commons, el mundo audiovisual ha sido el mas lento en incorporarse y el que mas reticencias ha mostrado. Un recelo provocado por diversos factores. La dificultad de poner de acuerdo a quien dirige, quien hace el guión y quien crea la música y el sonido para registrar una obra bajo una licencia en vías de exploración, el miedo a no poderla difundir bien ya que la realización puede tener unos costes económicos difíciles de recuperar, la dependencia de subvenciones públicas o contratos de emisión por cable y festivales de cine.
Paulatinamente las redes se van abriendo y si no que se lo pregunten a Guillermo Zapata que con su cortometraje Lo que tú quieras oir rodado en 35 mm y distribuido a 35Mb/s a día de hoy va ya por las 20.000 descargas. Claro que es un corto, dirán algunos. Y es que la mayor resistencia para hacer cine copyleft (que todo el mundo se lo pueda descargar, copiar, modificar) es el miedo a recuperar el dinero invertido en una producción. Agatha Maciaszek codirectora junto a Alberto García del documental A ras del suelo lo tiene claro: “Con los medios tecnológicos que existen hoy en día es posible producir una película a bajo coste, lo difícil es la distribución. Nuestro documental tiene una licencia Creative Commons, se puede descargar de la web y ahora acabamos de sacar el DVD porque la gente nos pregunta como conseguirlo y aunque esté en la red lo quieren tener”. En este sentido, el cine copyleft se topa con la experiencia de la música libre. Nos lo cuentan dos documentales registrados con licencias libres, Copyright 2.0 y Sostenido con la música a otra parte, que se sumergen en el mundo de los músicos para revelarnos los problemas que se encuentran cuando topan con la SGAE.
Para muchos, la gran mayoría que nunca pisará las alfombras rojas, lo importante no es el dinero, ni la rentabilidad del producto, sino contar historias, motivados por una inquietud ética y política. Para Antonio Girón, codirector junto a Fernando Menéndez del documental Okupando el vacio “lo fundamental es la expansión de las ideas, el promover la circulación libre del conocimiento, poder colaborar en beneficio del procomún y facilitar al público el acceso a contenidos culturales”. Algo en lo que coinciden Agatha y Alberto, autores de A ras del suelo, cuya intención es denunciar la especulación inmobiliaria. No son los únicos, Iratxe Pérez con Caribeños en el Sáhara colectivos como
La Plataforma y Eguzki Bideoak... son ejemplos documentalistas que están generando un material de gran calidad, contando las otras historias, esas que nunca saltarán a la gran pantalla pero quedarán para siempre en nuestros ordenadores, en la carpeta de “Documentales”, junto a Michael Moore o Al Gore. Y no son sólo los documentalistas comienzan a registrar sus obras con licencias libres, en el último año han aparecido obras de ficción como Rothko,Defectos, Todo mi mundo, The gift o La costumbre de los círculos que abren camino hacia un cine diferente.