Lo primero que nos va a preguntar DispalGui es la ruta a los ejecutables de Argyll. Se lo indicamos y ya estamos listos para empezar a calibrar. El colorímetro debe estar conectado a un puerto USB.
Lo más importante de todo es que se visualice arriba a la izquierda la pantalla que queremos calibrar, y a la derecha el instrumento de calibración. Como hemos instalado una versión de Argyll que lo soporta, no debería haber problema alguno.
El resto son configuraciones de usuario. Se pueden hacer muchas cosas con este software. Sobre todo si se tienen conocimientos de color. Pero incluso, sin tener grandes conocimientos el programa ayuda bastante. Dispone de una serie de configuraciones para propósitos de color específicos. Por ejemplo: fotografía, portátil, vídeo o preimpresión. Lo cual resulta muy útil. Aunque siempre podemos introducir los valores que deseemos manualmente.
En algunos casos, pueden realizarse mediciones del entorno con el colorimetro. Esto se hace utilizando los botones "medición". La tapa del colorimetro o difusor debe cubrir la lente para estas mediciones. El aparato no indica de ningún modo su funcionamiento. Con el programa privativo el Monkey se ilumina. Supuestamente de color verde si todo va bien. En Gnu/linux tenemos que fijarnos en los números del perfil por defecto. La terminal de texto nos proporciona información en tiempo real de todo el proceso. Por eso es tan importante utilizarla.
Cuando estemos listos debemos escoger si queremos calibrar o perfilar la pantalla y el nivel de calidad que deseemos. Se puede calibrar y perfilar simultáneamente. En función de estas elecciones, tardaremos más o menos tiempo en completar el proceso.
Al comenzar la calibración aparece una ventana. Si la visualizamos a pantalla completa tendremos que reducirla. Esta ventana será el tamaño de los parches de colores que el programa utiliza para medir con el Monkey y calcular la desviación de color de la misma, sobre los objetivos propuestos. Tenemos que organizar el espacio de trabajo para visualizar cómodamente tres ventanas. Finalmente, comenzamos la calibración propiamente dicha.
Veremos como la ventana del colorimetro cambia de color , y como el programa trata de ajustar las tres componentes de color RGB . Unas barras nos indican el estado deseable. Lo ideal es que ningún canal se aleje mucho de la zona central. Si el monitor esta muy descalibrado o es viejo o de mala calidad, alguno de los canales estará muy alejado de su posición central. Esto complica mucho la calibración. Aunque no impide necesariamente realizarla.
Es buena idea utilizar los controles del monitor para mejorar las cosas dentro de lo posible. Incluso aunque el resultado no sea muy agradable. Lo importante es contar con un blanco lo más neutro posible.
Cuando estemos satisfechos con el resultado utilizamos el botón continuar. A veces parece que nos ignora. Puede resultar práctico en estos casos utilizar la terminal de texto. La misma que nos aporta información permite ordenes interactivas. Para continuar desde la terminal utilizamos la tecla espaciadora.
El resto del proceso es completamente automático. Consiste en una larga serie de parches de colores que el colorímetro lee. Y las operaciones necesarias, para adaptar todas las gamas de colores a los objetivos propuestos en nuestra configuración. Puede tardar bastante tiempo.
Cuando termina se genera un perfil de color especifico para nuestro monitor. Un perfil ICC. El programa nos pregunta si queremos instalarlo en el sistema operativo de forma permanente. Lo cual resulta muy adecuado. Nos permite ademas escoger si queremos instalarlo solo para el usuario actual o para todo el sistema. Para esta última opción es preciso tener privilegios de superusuario.
El nuevo perfil de color esta activo en la sesión desde este momento. Pero, a veces, el programa "Color" de Gnome falla al importar el perfil. Pero no es un problema crítico, ya que se puede instalar en cualquier momento desde un ícono en la parte superior derecha de DispcalGUI.